miércoles, 3 de noviembre de 2021

Yoga y tierra


Si hay una actividad física que ayude a conectar con el elemento tierra, ésa es la práctica del yoga. Es una acción aparentemente pasiva y ligera, que esconde en su ejecución todo el anclaje y sostén que realmente requiere. Se podría asimilar a un árbol erguido cuya evolución depende, en gran medida, de la acción que sus raíces ejercen en la base para poder sostenerlo y permitir que se eleve al cielo. Así que el yoga ayuda a desarrollar nuestras raíces y nuestro anclaje en la tierra. Ésa sería la primera lección de la tierra.

La segunda sería experimentar la finitud del cuerpo y los límites que impone a nuestro espíritu. Muchas veces asociamos la palabra “límite” con un significado negativo, a algo que es necesariamente imperioso transgredir para expandirnos. Sin embargo, los límites, tanto físicos como intangibles, son necesarios e importantes. 

En primer lugar, si no fuéramos finitos, no podríamos contener nuestro espíritu en esta realidad para desarrollar su plan de alma. Así que el cuerpo es un medio necesario. Pero, además, además, sin esos límites, nos haríamos daño a nosotros mismos. 

En el yoga, el dolor y la tensión advierten de dónde están los límites para poder protegernos de una situación que no es beneficiosa para nosotros. Traspasar los límites puede ser una meta lícita, pero no es en absoluto instantánea y requiere de trabajo constante y adecuación de todo el sistema musculo-esquelético. 

El límite nos fuerza a acomodarnos en el dolor y la incomodidad de las posturas adversas, a aceptar lo que es posible más que soñar con lo imposible, nos enseña a dialogar con el cuerpo y a negociar los términos de su flexibilidad. 

El límite nos conecta con el presente, con el aquí y el ahora, con lo que es, pero también con el potencial y la capacidad de mejora.

El límite pone a prueba nuestra voluntad y nuestro ego, tanto para ir más allá del mismo, como para recordarnos que nuestra arrogancia tiene un precio. Porque la tierra solo crece y evoluciona si las condiciones son apropiadas.

jueves, 30 de septiembre de 2021

Apnea

 


"Nada descansa; todo se mueve; todo vibra"

(El Kybalion)

Todo se mueve con una vibración de expansión y contracción. En la naturaleza el sol asciende y luego decae, la luna se llena y retorna a su fase oscura, la energía se exapnde durante la mitad clara del año y luego todo regresa al interior.

La respiración del ser humano también es así: hay una fase de inspiración, en el que el aire llena el cuerpo, y una fase de expiración, en la que liberamos el aire. Nos llenamos de vida y de espíritu y soltamos al mundo aquello que ha circulado dentro de nosotros.

Pero hay dos momentos de transición entre las dos fases: las apneas, que son esos instantes en los que la respiración se detiene. Son apenas dos segundos donde todo se disuelve, aunque apenas sea perceptible. Y si lo pensamos bien, son momentos de muerte, de final, y a la vez de comienzo.

Tenemos una vida, pero se compone de muchos ciclos de muerte y renacimiento de distintas frecuencias: segundos, minutos, días, meses, años...

Siempre en movimiento, siempre en cambio, siempre en renovación.

Así somos.

miércoles, 22 de septiembre de 2021

Poema de Otoño


Soy la lluvia que cae del cielo

que cae en las hojas

que van al suelo

Soy la niebla que llama al hielo

que cubre el campo

que trae el silencio

Soy el ciervo que brama al viento

contienda antigua

resuelta en cuerno

Soy el cuervo que tronza el cuerpo

descarna el hueso

y cruza el velo

Soy la sangre que evoca el duelo

memoria oscura

de tus ancestros

Soy la madre que da consuelo

que otorga abrigo

en la tierra dentro.